La
24 HORAS FILOSOFÍA EN HONOR AL PROF. JOSÉ TAVÁREZ
Día: viernes 12 de abril 2024
Lugar: Lobby Edificio 2 Ciudad Universitaria La Barranquita, Santiago
Hora: 9 am a 5 pm
Estudiante 1
¿Se puede ser cristiano y homosexual al mismo tiempo?
Prof. Eulogio Silverio
Desde la óptica del cristiano, no es posible, porque los cristianos, en sentido general, se rigen por las normas establecidas en el texto bíblico. Es decir, la Biblia es su guía en el ámbito moral.
Dicho esto, si los cristianos cumplen al pie de la letra lo que establece ese texto que consideran sagrado, entonces un homosexual que practica la homosexualidad —no el homosexual latente o aquel que no está viviendo su preferencia— no podría ser considerado cristiano según esos parámetros.
Me refiero al homosexual activo, en el sentido de que vive su orientación sexual de forma práctica. No hablo del uso que los propios homosexuales hacen de los términos “activo” o “pasivo”, es decir, el que penetra y el que recibe, respectivamente, sino al hecho de que lleva a cabo conductas homosexuales de forma activa.
Desde la perspectiva cristiana, no puede ser. Es decir, no se puede tener simultáneamente la condición de practicante de la homosexualidad y la de cristiano verdadero, según esa doctrina.
Naturalmente, puede darse el caso de que una persona homosexual tenga el mismo nivel de creencia religiosa —en el sentido psicológico— que un fervoroso cristiano. Sin embargo, lo que ocurre es que, según la Biblia, libro sagrado para los cristianos, el homosexual que vive su orientación no obedece ese mandato bíblico que declara:
«No te echarás con varón como con mujer; es abominación.»
Ese es el texto al que siempre se alude.
Pero los homosexuales argumentan que hay muchísimos otros pasajes de la Biblia que ya están desfasados y que ningún cristiano reivindica en la actualidad. Por ejemplo:
“Asimismo, en cuanto a los siervos o siervas que tengas, serán de las naciones que están en vuestros alrededores; de ellos podréis comprar siervos y siervas… y serán vuestra propiedad. Y los podréis dejar en herencia para vuestros hijos después de vosotros, como posesión hereditaria…”
Entre muchos otros textos similares.
Estudiante 2
¿Una pareja de homosexuales puede formar una familia que sea ejemplar y digna de respeto en el marco de la sociedad?
Prof. Eulogio Silverio
Homosexuales, parejas estables, respetables… Bueno, como esta pregunta entra ya en un plano más personal, debo responder de manera honesta, porque la realidad social muchas veces nos confronta con situaciones aleccionadoras y no tenemos otra salida que enfrentarlas.
En la Universidad Autónoma de Santo Domingo, hace unos meses, falleció un profesor de arte muy reconocido, una eminencia, quizás uno de los más talentosos que ha tenido esa facultad. Fue también mi profesor. Una persona sumamente decente. Era homosexual.
No era afeminado ni escandaloso. Simplemente era homosexual y tenía una pareja: un médico, también profesor. Y cuando enfermó, su pareja lo cuidó con dedicación, hasta el final.
¿Qué sucedió? Que al morir nuestro amigo, los hermanos del difunto quisieron apoderarse de sus bienes. ¿Y a quién recurrió entonces su pareja, el médico, en busca de ayuda?
A un amigo mío, quien me llamó y me dijo:
—Eulogio, hay que conseguirle un abogado a fulano, el compañero de… Que le están por quitar todos los bienes, lo quieren dejar sin nada. Usted sabe que ellos eran compañeros, y lo que tienen lo construyeron juntos y se llevaban muy bien.
El asunto es que, aunque no quería involucrarme en nada de eso, me vi en la obligación —por el amigo que me llamó— de contactar al Consultor Jurídico de la UASD, que es mi amigo, el Dr. De Aza. Y en mi oficina, en la Escuela de Filosofía, los reuní. Al escuchar su historia, me dio hasta pena. No pude mirarlo como a un homosexual, sino como a un ser humano que sufría.
Con esto creo que respondo a la pregunta de si dos homosexuales pueden tener una relación de pareja que sea respetable. Por lo menos para mí, esa pareja lo era. No eran escandalosos ni provocadores. Vivían su vida, y quienes querían ser sus amigos lo eran, sin prejuicios. Incluso entre ellos mismos bromeaban sobre otros homosexuales:
—Mira a este maricón, comportándose como mujercita.
Yo creo que esas personas eran respetables.
Ahora bien, hay que decir que la moral no depende de lo que yo, como individuo, piense, sino de lo que piensa la sociedad que juzga a esa pareja en su contexto social. Eso quiere decir que, aquí en República Dominicana, posiblemente una pareja homosexual no sea respetada por la sociedad, porque no comparte esos valores y los rechaza.
Pero hay sociedades, hay grupos humanos en otros países, donde las parejas homosexuales sí son respetadas. Por ejemplo, en Alemania, la ministra de Medio Ambiente, Barbara Hendricks, es abiertamente lesbiana y se casó con su pareja, Valérie Vauzanges, en octubre de 2017. Y hay muchísimos casos similares. Y nada, en Alemania parece que eso no importa, porque si la eligen como ministra teniendo como compañera a una mujer, es porque la consideran respetable.
Estudiante 3
¿Pueden las trabajadoras sexuales ser aceptadas en la sociedad sin sufrir estigmatización?
Prof. Eulogio Silverio
Eso va a depender de la sociedad que juzga la acción de la prostituta. Porque hay grupos humanos que defienden la prostitución como un trabajo digno, incluso dignificante para la mujer que la ejerce. Sostienen que, en muchos casos, la prostitución es un camino hacia la libertad. No se refieren a una libertad sexual, sino a la posibilidad real de sacar a su familia de la miseria en que vive.
Naturalmente, están teorizando sobre una prostituta que viene de países como Cuba, Haití, México o Venezuela, que viajan desde economías precarias a países más desarrollados y que, fruto del ejercicio de la prostitución —de la venta de servicios de placer y acompañamiento— pueden enviar dinero a sus familias, ayudar a sus hijos para que estudien, para que se preparen.
Y ustedes lo saben: hay muchísimas mujeres que se han prostituido, que se prostituyen, y que mandan a sus hijos a la escuela, a la universidad, y no desean que esos hijos terminen envueltos en la misma situación. Entonces, el estigma siempre va a depender de la sociedad en la que vive esa persona que ejerce la prostitución.
Hay todo un debate sobre este asunto: si la prostitución debe ser legalizada o erradicada. Una profesora nuestra, Ingrid Luciano Sánchez, hizo su tesis precisamente sobre ese tema: el tratamiento que se le ha dado a la prostitución en el teatro dominicano desde 1954 hasta 2019. Es un libro que les recomiendo leer.
Estudiante 4
¿El pastor que vive del diezmo mientras su feligresía permanece en la pobreza y el hambre está actuando moralmente bien?
Prof. Eulogio Silverio
Desde mi punto de vista, no está actuando bien. Pero la respuesta dependerá de quién juzga al pastor. Si es la propia comunidad evangélica —vamos a ponerle esa etiqueta—, que paga el diezmo voluntariamente porque él les brinda un servicio de orientación, de guía espiritual, de representación… si son ellos los que lo juzgan, muy probablemente dirán que está actuando correctamente, porque creen que Dios le ha dado esa bendición.
No lo tomen como un asunto ligero. Todas las cosas son importantes en la vida. Yo jamás pensé que en algún momento diría que las personas que se encargan de buscar a los muertos en la morgue realizan un servicio necesario. Pero cuando a mí me tocó ir a buscar a un muerto a la morgue, me di cuenta de que esa persona a la que uno le paga para que cargue el cadáver, lo bañe, lo acomode en una caja y te lo lleve, para que tú solo tengas que enterrarlo y llorarlo… esa labor también es necesaria.
Entonces, en ese sentido, si el pastor es valorado por la comunidad que lo recibe, si entienden que él les brinda un servicio y los hace sentir bien, pues que paguen su diezmo.
Desde mi punto de vista, todo el que recibe algo debería trabajar. Pero, ¿y si ese es precisamente el trabajo del pastor? Si su labor consiste en estar disponible, en estar pendiente… como he visto en los pastores de mi campo: pastores que a las tres de la mañana reciben una llamada, les tocan la puerta —»Pastor, se murió fulano»—, y ellos se levantan, van a dar soporte, prestan su vehículo, ayudan a hacer las diligencias del entierro o a buscar el cadáver a la morgue.
O sea, él está dando un servicio. Ese es su trabajo. Porque, al final de cuentas, los sacerdotes deben vivir del altar.