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Eulogio Silverio en 24 horas de Filosofía

Eulogio Silverio en 24 horas de Filosofía

Para responder esta pregunta siempre suelo recurrir al cuento “La gallina degollada” de Horacio Quiroga, porque nos permite reflexionar sobre los elementos que constituyen nuestra esencia ontológica como seres humanos.

Como todos recordarán los cuatro enajenados del cuento degollaron a su hermana imitando la acción que habían observado de la señora que trabajaba en la cocina de la casa. Su déficit cognitivo le impedía ser consciente de la acción que llevaban a cabo.  Estas acciones son las que nos hacen preguntarnos ¿qué es lo que nos hace humanos?

Siempre que he tomado la iniciativa de requerir a los estudiantes que enumeren, según sus criterios, las cualidades que nos definen como seres humanos. Los presentes, por lo general señalan cualidades que resaltan nuestras diferencias con otras especies. 

A menudo se subraya que, aunque los seres humanos y los chimpancés comparten un impresionante 98.7% del ADN y que los chimpancés, al igual que los humanos, caminan en dos patas en ciertas circunstancias, usan y fabrican herramientas, viven en grandes comunidades, dedican largos períodos al cuidado de sus hijos y son capaces de aprender «lenguajes» (en términos de signos y símbolos), se reconocen en un espejo y poseen la habilidad de resolver problemas complejos, se concluye que los seres humanos tenemos la singularidad de ser la única especie con un nivel avanzado de cognición. 

Esta facultad nos permite elaborar conceptos abstractos, efectuar juicios críticos y desarrollar razonamientos de todo tipo. Tal profundidad cognitiva también se refleja en nuestra cualidad única, como habíamos señalado, para crear mitos o ficciones, lo que nos permite la colaboración en grandes grupos.

Nuestra capacidad de abstracción simbólica también nos ha permitido crear las distintas culturas, con complejos sistemas sociales y normativos. En este ámbito, la creatividad humana sobresale, manifestándose en nuestra capacidad para innovar y abordar desafíos futuros de formas tanto prácticas como estéticas. En un plano lingüístico, la complejidad de nuestro lenguaje no solo facilita la transmisión intergeneracional de conocimientos, sino que también nos dota de los medios para comunicar matices de significado y reflexionar sobre nuestra propia existencia.

A lo largo de la historia, hemos manifestado una actitud sin punto de comparación para la innovación tecnológica, que va desde la creación de herramientas rudimentarias hasta el desarrollo de inteligencias artificiales capaces de generar artículos científicos, imágenes y vídeos. . 

Esta habilidad para manipular y adaptarnos a nuestro entorno se complementa con nuestra flexibilidad para habitar en una amplia diversidad de climas y ecosistemas.

Nuestros sistemas educativos formalizados y nuestras estructuras legales complejas son extensiones de esta habilidad para adaptarnos y organizar la información.

Finalmente, lo que tal vez sea más notable es nuestra búsqueda intrínseca de un significado más profundo, que nos lleva a explorar cuestiones fundamentales sobre nuestro propio ser y la naturaleza del cosmos. En resumen, operamos en un plano moral y social que supera considerablemente cualquier similitud rudimentaria que podamos encontrar en otras especies en términos de empatía y cooperación.

En relación a este último punto, hay teóricos que sostienen que otras especies también poseen cultura. Nos referimos a especies que tienen patrones de comportamiento, prácticas, conocimientos que son aprendidos y compartidos dentro de un grupo. En primera línea encontramos a los chimpancés, bonobos, orangutanes y gorilas que usan herramientas y sus comportamientos sociales, que se transmiten a través de las generaciones.

Por otro lado, encontramos a las ballenas y los delfines. Los delfines muestran la capacidad de aprender técnicas de caza y juegos de otros delfines y las ballenas jorobadas transmiten canciones complejas que cambian con el tiempo, lo que podría indicar una forma de tradición cultural.

Entre las aves encontramos a los cuervos y los loros, que usan herramientas y también transmiten este conocimiento a través de las generaciones. 

Y finalmente debemos señalar que los elefantes tienen complejas estructuras sociales y se han observado comportamientos que sugieren la transmisión de conocimiento cultural, como métodos de búsqueda de alimentos y prácticas de duelo.

Como se mencionó, hay especies que viven en comunidad, siguen patrones de comportamiento específicos y, en ciertos casos, excluyen a los miembros del grupo que no se apegan a dichas “normas». Sin embargo, defender esta hipótesis resulta desafiante, dado que estas reglas no se establecen por medio de la reflexión o el razonamiento, sino que surgen de patrones de comportamiento recurrentes. Hasta la fecha, no existen evidencias que confirmen la presencia de una conciencia plena en dichas especies.

Además, debemos enfatizar que somos la única especie que forja su propia esencia a través del uso de su libertad. Debemos destacar que esta es una de las características que más nos distingue como seres humanos. No venimos al mundo con una esencia dada y fija, sino que la vamos moldeando con cada decisión tomada y con cada acción que realizamos. 

Ningún miembro de nuestra especie nace predestinado para ser malo o bueno, líder o seguidor. Estas solo son rótulos sociales, que cobran significado a partir de nuestras decisiones y acciones. En este sentido, debemos concluir que la esencia del ser humano está en constante transformación. Como bien expresó Jean-Paul Sartre, «el hombre no es nada más que su proyecto no existe más que en la medida en que se realiza no es por lo tanto más que el conjunto de sus actos nada más que su vida»​  Sartre, J.-P. 1946. “El existencialismo es un humanismo» (p. 8. Sur, Buenos Aires 1973 Trad. Victoria Prati de Fernández 

Una definición que se puede extraer a partir de esta visión de Sarte es la que divide al ser natural y al ser cultural. Lo natural o biológico de nuestra especie es lo que corresponde al hombre-mujer y lo humano es lo que la cultura agrega a nuestra parte animal. 

El ser humano, en su papel de ser cultural, ejerce su voluntad y restringe su naturaleza biológica. Podríamos ilustrar esta realidad el comportamiento de los caballos utilizados por la policía turística en la Zona Colonial Santo Domingo. A menudo, observamos que cuando estos animales sienten la necesidad de orinar o defecar, lo hacen aunque se encuentren frente a la Catedral Primada de América. Para el caballo, es indiferente si está frente a un lugar “sagrado” o en un establo. 

Sin embargo, cualquier ser humano, formado en la cultura cristiana, colocado frente a una catedral, reprimirá dichas necesidades y las aplazaría hasta encontrar los espacios que la cultura ha establecido para tales cosas. 

Los enfoques que hemos analizado hasta ahora definen al ser humano como un ser biológico-cultural. Pero existen ficciones cinematográficas donde la humanidad ha logrado crear un ser sintético adoptado de una inteligencia general capaz, autoconsciente y en capacidad de emular la realidad humana. Sin embargo, carece de materia orgánica. Otras ficciones plantean universos donde se ha logrado dotar a humanoides de material biológico humano. ¿En estos casos, deberíamos considerarla humana?

Como podemos ver estas preguntas plantean posibilidades hipotéticas fascinantes y  despiertan gran interés. Sin embargo, subyace el temor, a menudo alimentado por los dramas de ciencia ficción del cine, de que las máquinas adquieran autoconciencia y decidan que la humanidad limita su libertad o simplemente no actúa de la manera que su lógica considera correcta. 

A pesar de que somos conscientes de que las máquinas actuales operan mediante algoritmos, que son un conjunto de instrucciones que determinan su reacción ante determinadas condiciones, existen inteligencias artificiales que pueden aprender por sí mismas. Aunque la realidad de una máquina autoconsciente  está muy lejos de conseguirse, no podemos descartar por completo la posibilidad de que la humanidad alcance lo que se ha llamado la Inteligencia Artificial General (IAG), que se refiere a sistemas de inteligencia artificial que poseen la capacidad de entender, aprender y aplicar conocimientos en diferentes dominios, resolver problemas complejos y realizar tareas que normalmente requerirían inteligencia humana. A diferencia de la Inteligencia Artificial Especializada, que está diseñada para tareas específicas, la IAG tiene la flexibilidad para adaptarse y operar en una variedad de situaciones y contextos.

En el caso de que se logre una IAG que logré emular la conciencia humana, la discusión sobre lo que define a los seres humanos podría volverse aún más intrincada si consideramos estas posibilidades.

Si se llegara a construir una máquina con la capacidad de emular todas las cualidades que consideramos propiamente humanas, ¿acaso ello la dotaría de humanidad? Esta cuestión no solo está abierta a debate, sino que también es profundamente provocativa. Algunos podrían sostener que la ausencia de tejido orgánico -carne y hueso- constituye una diferencia insuperable. Sin embargo, ¿es acaso nuestra biología lo que nos confiere nuestra esencia humana?

Para ponderar esta interrogante, es instructivo considerar que diversas especies exhiben un alto grado de similitud genética con los seres humanos. Por ejemplo, los orangutanes, bonobos, gorilas y los chimpancés comunes comparten entre un 97%, 98 y un 99% de similitud en su ADN con nosotros, incluso los gibones y los perros presentan similitudes del 95% y 84%, respectivamente. 

Otra realidad que resulta conveniente analizar es el universo zombi. Porque el zombie, como todos sabemos, es un humano normal que sufre una transformación radical, al morir y animarse nuevamente. En los distintos escenarios distópicos del universo zombis se nos plantea la situación de personas que gozan de nuestros afectos que enferman y de repente nos vemos obligados a cambiar nuestros sentimientos de manera abrupta y drástica cuando mueren y nuevamente son animados, en la mayoría de la ficciones con la necesidad de devorar la carne de los seres vivos. 

La serie británica «In the Flesh», centra la trama en un joven llamado Kieren Walker, que después de haber sido tratado de su condición de zombi, vuelve a su casa y a la sociedad con sus capacidades cognitivas intactas, los mismos sentimientos anteriores a su muerte. Sin embargo, recibe el rechazo, casi absoluto de su familia y la comunidad, por el hecho de haber muerto, aunque el gobierno, había probado que no existía peligro de que volviera a las prácticas caníbales.  

En el caso de los zombis que han perdido la capacidades cognitivas y están reducidos a instintos primitivos, resulta sencillo determinar que no son humanos. ¿Pero por qué negarle su humanidad en el caso de «In the Flesh» que han regresado con su capacidades cognitivas y morales intactas?

Esta resistencia nuestra a negarle la humanidad a los zombis del universo «In the Flesh», nos autoriza a preguntarnos si deberíamos aplicar el mismo rasero a los personajes de «La gallina degollada» de Horacio Quiroga, que carecen de todo rasgo de racionalidad y sentimientos morales.

Si justificamos el exterminio de los zombis de «In the Flesh» que razonan y tienen sentimientos por su potencial peligrosidad, ¿podríamos aplicar este mismo razonamiento con los niños de «La gallina degollada», que carecen de todo asomo de racionalidad y como ya sabemos, se tornan peligrosos?

Otra interrogante que surge es en torno al porqué los vampiros no son considerados humanos. Según algunas obras de ficción cinematográfica, un vampiro es un ser humano que ha recibido una maldición de alguna divinidad y que, tras su muerte, se reanima con todas sus capacidades cognitivas intactas, con la necesidad de beber sangre y otras capacidades superhumanas, pero incapaces de ver la luz de sol. Una criatura nocturna sedienta de sangre, desprovisto de toda sensibilidad moral. 

Otro caso de ficción que merece nuestra atención es la película «X-Men», donde los mutantes, humanos con superpoderes, son considerados una especie aparte, en gran parte debido al riesgo inherente a coexistir y compartir espacio con una especie que las instituciones humanas son incapaces de controlar.

En el caso de los vampiros, su “naturaleza” desenfrenada, marcada por el instinto de consumir sangre humana y la ausencia de límites morales, es lo que, en esencia, despoja a estas criaturas de su humanidad. Sin embargo, al igual que en el universo zombie, existen vampiros que son representados en escenarios donde han encontrado formas alternativas de sustentarse, evitando la sangre humana.

Un ejemplo notable es la saga cinematográfica «Blade», en la que el protagonista, un vampiro, que logra controlar su sed de sangre a través de un suero, lucha junto a los humanos contra la amenaza vampírica. Tanto en la película Blade como en X-men, los vampiros  y los mutantes que luchan a favor de los humanos, a pesar de sus poderes, los seguimos considerando humanos. 

Como se puede apreciar, queridos amigos y amigas, la discusión sobre lo qué nos define como humanos sigue vigente y, al parecer, continuará  siendo un capítulo abierto a la discusión.   

–Don Luis. 

Excelente análisis, Novas. Muy profundo y reflexivo, abarcas un espectro amplio de cuestiones que desafían nuestra comprensión de la humanidad. Me ha gustado especialmente cómo has utilizado ejemplos de la literatura y el cine para ilustrar los complejos matices de nuestra condición humana.

Me parece que ha resaltado con mucha agudeza que aquellas cualidades que nos define como humanos trasciende nuestra biología compartida con otras especies, y se encuentra más bien en nuestra capacidad para crear cultura, para reflexionar sobre nuestra existencia y para forjar nuestra propia esencia a través de la libertad y la elección.

La inclusión de la discusión sobre la inteligencia artificial y los seres sintéticos añade una capa adicional de complejidad a la discusión sobre la humanidad, sugiriendo que nuestra comprensión de lo que significa ser humano está en constante evolución, al igual que nuestra tecnología.

Al considerar a seres como los zombis de «In the Flesh» o los vampiros y mutantes de otras narrativas, nos enfrentamos a preguntas fundamentales. Sobre lo que nos hace humanos. 

Te animo a que aborde los otros tópicos que has anunciado anteriormente. 

–Prof. Novas.  

Gracias Don Luis. 

Pienso que se justifica en este diálogo explorar el concepto dignidad desde una perspectiva histórica como hacen los profesores de filosofía, pero también fijando nuestra postura como filósofo.   000000

 Examen de Comprensión: «¿Qué es ser humano?»

Responde las siguientes preguntas basándote en el texto leído. Asegúrate de argumentar tus respuestas de manera clara y concisa.

  1. ¿Cuál es el propósito de utilizar el cuento «La gallina degollada» de Horacio Quiroga para discutir la esencia ontológica del ser humano?
  2. Según el texto, ¿qué características se suelen destacar como definitorias del ser humano frente a otras especies? Menciona al menos cinco.
  3. Explica cómo la capacidad de crear mitos y ficciones contribuye a la singularidad del ser humano, según se argumenta en el texto.
  4. ¿De qué manera la tecnología y la innovación se presentan como aspectos fundamentales de la humanidad en el texto? Proporciona un ejemplo mencionado.
  5. Reflexiona sobre la discusión presentada en el texto respecto a la inteligencia artificial y los seres sintéticos. ¿Cuál es el temor principal que se plantea sobre las máquinas autoconscientes?
  6. Describe cómo el texto aborda la relación entre los seres humanos y los animales en términos de capacidades cognitivas y culturales. ¿Qué ejemplos se utilizan para ilustrar esta relación?
  7. Según el análisis presentado, ¿qué nos distingue fundamentalmente de otras especies, incluso aquellas que comparten comportamientos sociales y uso de herramientas?
  8. Reflexiona sobre el papel de la educación formalizada y las estructuras legales en la definición de lo que significa ser humano, según se discute en el texto.
  9. ¿Cómo se utiliza el concepto de libertad en el texto para argumentar sobre la esencia del ser humano?
  10. El texto menciona varios ejemplos de ficción (como zombis y vampiros) para explorar los límites de lo que consideramos humano. Elige uno de estos ejemplos y explica cómo se utiliza para cuestionar nuestra comprensión de la humanidad.
  11. ¿Qué argumento se presenta en el texto sobre la capacidad de los seres humanos para adaptarse a diversos climas y ecosistemas?
  12. Explora la idea de que los seres humanos forjan su propia esencia a través del uso de la libertad, según se discute en el texto. ¿Cómo se relaciona esto con la cita de Jean-Paul Sartre mencionada?
  13. ¿Cómo se aborda la cuestión de la transmisión de conocimiento y cultura en otras especies, y qué ejemplos específicos se proporcionan para ilustrar este punto?
  14. Reflexiona sobre la discusión de la inteligencia artificial general (IAG) en el texto. ¿Cuál es la diferencia principal entre la IAG y la inteligencia artificial especializada, según se explica?
  15. El texto menciona el concepto de «ser biológico-cultural» para definir al ser humano. Explica qué significa esto y cómo se aplica a nuestra comprensión de la humanidad.
  16. Considerando la discusión sobre seres sintéticos y la inteligencia artificial, ¿qué criterios se podrían utilizar para determinar si un ser sintético puede considerarse humano?
  17. ¿Cómo se utiliza el ejemplo de los caballos en la Zona Colonial de Santo Domingo para ilustrar la diferencia entre el comportamiento humano y animal frente a normas culturales?
  18. El texto menciona la posibilidad de que otras especies posean cultura. ¿Qué argumentos se presentan a favor y en contra de esta afirmación?
  19. ¿Cuál es la importancia de la capacidad de reflexión y razonamiento en la definición de lo que significa ser humano, según el texto?
  20. Refiriéndose a la serie británica «In the Flesh», ¿cómo se cuestiona la definición de humanidad a través del personaje de Kieren Walker?
  21. Analiza cómo el concepto de dignidad humana se explora en el texto, especialmente en relación con seres sintéticos y la inteligencia artificial.
  22. ¿Qué papel juega la empatía y la cooperación en la distinción de los seres humanos de otras especies, según se discute en el texto?
  23. Reflexiona sobre el impacto de la tecnología en nuestra comprensión de la humanidad, especialmente en el contexto de la creación de inteligencias artificiales avanzadas.
  24. ¿Cómo aborda el texto la idea de que los seres humanos están en constante transformación y no vienen al mundo con una esencia fija?
  25. Considerando los diversos ejemplos de ficción mencionados en el texto (zombis, vampiros, mutantes), ¿cómo desafían estas narrativas nuestra comprensión de lo que significa ser humano?