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Eulogio Silverio cuadro de Toribio..

Eulogio Silverio cuadro de Toribio..

Prof. Novas

El relativismo moral es una postura que se fundamenta en el relativismo cultural existente desde tiempos inmemoriales. Cada cultura y época histórica ha desarrollado sus propios sistemas de creencias, tradiciones, usos, costumbres  y valores, que pueden resultar completamente distintos entre sí. 

El filósofo griego Jenófanes afirma que los etíopes veían a los dioses con piel negra y narices chatas, mientras que los aqueos los imaginaban con ojos azules y cabello rubio. Además, sostenía que si los bueyes, leones y caballos pudieran pintar con sus manos, representarían a los dioses a su imagen y semejanza.

Cada cultura ha elaborado su sistema de creencias y valores, y ha aprendido a creer en ellos. Como señala el profesor Yuval Harari, en su libro “Homo Deus” los seres humanos son capaces de crear ficciones y creer en ellas, y están dispuestos, incluso a perder la vida o derramar sangre para defender e imponer estos valores a los demás.

Cuando hablamos de relativismo moral en la filosofía occidental, inmediatamente se piensa en los sofistas, en especial, se recuerda a Protágoras por su famosa frase: «El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en tanto que son, y de las que no son en tanto que no son». 

La visión de los sofistas refuerza la idea planteada por Jenófanes de que los seres humanos, en cada contexto cultural, son quienes determinan lo que está bien y lo que está mal.

Las tesis de los sofistas, a veces quieren ser desacreditadas recurriendo al «argumentum ad hominem» o falacia contra el hombre. En realidad ellos eran profesores itinerantes que iban de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo, ofreciendo sus conocimientos y “sabiduría” a aquellos que pudieran y estuvieran dispuestos a pagar por conocer. En ese sentido, no hay nada que criticar. Más bien debemos verlos como personas emprendedoras, con conocimientos valiosos que se ganaban la vida enseñando. 

Amelia, la cristiana.

—Profe recuerde que lo que se criticaba no era que cobraban por enseñar sino que no les importaba el uso que sus alumnos le dieran a ese conocimiento. 

Prof. Novas

—Es correcta su observación Amelia. 

Yo entiendo lo que usted dice, pero esa crítica a los sofistas proviene de los sectores que entienden que la educación es para adoctrinar a los jóvenes, no para liberarlos ayudándoles a pensar por sí mismos, para que luego decidan cual es el mejor uso que le dan al conocimiento y a sus vidas. 

Siguiendo con nuestra línea de razonamiento anterior. 

Lo realmente importante es que los sofistas observaron que en cada pueblo o ciudad-estado que visitaban, existían leyes, valores morales y creencias particulares con diferencias significativas entre cada comunidad, pero cada una estaba convencida de que sus leyes y creencias eran las más racionales e incluso superiores a las de los pueblos vecinos. 

En este contexto, es fácil entender por qué los sofistas no asumieron la falsa idea de la existencia de unos valores morales universales, ya que eran testigos del relativismo cultural, moral y estético que operaba en los hechos.

James Rechels señala en ‘Introducción a la filosofía moral’ que Darío, rey de la antigua Persia, creía que comprender el mundo implicaba apreciar las diferencias culturales. Descubrió, por ejemplo, que los calacios comían los cadáveres de sus padres, mientras que los griegos practicaban la cremación. Para enseñar esta lección, preguntó a griegos si estarían dispuestos a comer el cadáver de sus padres por alguna razón y a calacios si estarían dispuestos a cremar el cadáver de sus padres, y recibió como respuesta la negativa profunda de ambos grupos. Cada cultura cree poseer la mejor forma de vida posible. 

Darío había observado lo mismo que Jenófanes y los sofistas: cada pueblo y cultura cree que sus valores son superiores a los demás. Otro caso que señala Rachels, son las extrañas costumbres de los esquimales. Basándose en las fuentes de los primeros exploradores que conocieron la cultura esquimal, menciona que era una práctica común dejar morir a los ancianos cuando ya no podían contribuir a la economía de la comunidad o la familia. Simplemente, los sacaban de la casa y los dejaban en el hielo para que murieran.

Esta costumbre puede resultar espantosa para aquellos que provienen de una tradición judeo-cristiana, ya que es difícil imaginar dar un trato así a nuestros padres o abuelos, o incluso a un enemigo.

Rachels también menciona el infanticidio entre los esquimales, especialmente llevado a cabo contra las niñas, según lo reportado por los exploradores. Se conocieron familias que habían matado a muchas niñas, pero lo hacían porque la comida era escasa y, cuando una familia no podía mantener a todos los miembros de la familia, mataban a las niñas, ya que en la unidad productiva familiar eran consideradas menos valiosas o eficientes. 

El profesor Rachels aclara que no se trataba de un prejuicio contra las niñas, el infanticidio era la última opcion, porque muchas parejas que no podían concebir hijos adoptaban a muchas niñas excedentes, no se debía a un odio hacia las niñas o desprecio hacia los infantes, sino por las razones ya mencionadas. 

También se señala una curiosa costumbre de los esquimales: cuando llegaba un visitante, huésped o amigo, el hombre de la casa ofrecía a su esposa para que durmiera con él y lo calentara, como un gesto de buena voluntad y amistad verdadera. Sin embargo, es difícil imaginar algo así en nuestra sociedad, ni siquiera entre hermanos o los mejores amigos, ya que existe un concepto de exclusividad extrema en las relaciones sentimentales y sexuales.

Rachels, también menciona que los hombres más poderosos tomaban prestadas las mujeres de los hombres de menor estatus social. Además, las mujeres tenían la libertad de terminar el matrimonio simplemente denunciando a su marido y diciendo que no querían estar con él, sin que ello generará consecuencias negativas para ellas.

Observen, que el relativismo cultural conlleva a su vez un relativismo moral, es decir, un relativismo en los valores. Dicho esto daría la impresión de que ya hemos definido el relativismo moral y el concepto relativismo cultural, dando por supuesto que todo el mundo sabe de qué se trata o que existe consenso sobre estos conceptos, lo cual es falso. 

Relativismo cultural

Relativismo cultural es una perspectiva en antropología y sociología, que sostiene que las creencias, valores y prácticas de una cultura deben ser entendidas dentro de su propio contexto cultural y no deben ser juzgadas a través de los criterios de otra cultura (Bohannan, 1966). Según esta perspectiva, no hay una norma universal para determinar lo correcto o incorrecto, ya que lo que es aceptable en una sociedad puede no serlo en otra (Geertz, 1973).

El relativismo moral

El relativismo moral por parte es una postura filosófica que sostiene que no hay verdades morales objetivas o absolutas y que las normas éticas y los valores son subjetivos, variando según las personas y las culturas (Harman, 1975). Según el relativismo moral, lo que es moralmente correcto para una persona puede ser incorrecto para otra, dependiendo de sus creencias y su contexto cultural (Wong, 1984).

Un caso que podría ilustrar estos conceptos se produce actualmente en una comunidad de la India, donde una madre ha matado a tres de sus propias hijas. “Emma ha tenido cinco hijas; las dos primeras fueron sacrificadas y logró salvar a las otras tres. Emma es una madre asesina, pero también es una víctima, ya que su familia y los ancianos del pueblo no le dejaron elegir. Ella dice: «Maté a mi hija porque la astróloga del pueblo nos dijo que si no lo hacía, mi marido tendría problemas. Si dejaba vivir a mi hija, mi marido moriría». Y continúa: «La maté con mis propias manos y lloré al darle el veneno».

Observen que esa señora había tenido cinco hijas y había matado a dos de ellas. La que tiene en brazos también estaba destinada a ser envenenada, pero por suerte, una fundación originada en esa comunidad, llamada Tierra de Hombres, interviene precisamente para evitar que las familias maten a sus hijas cuando no pueden mantenerlas. Según ella, la comunidad entera empuja a las madres a matar a una de sus hijas porque, el hombre no puede mantener a tantas.

Observen cómo la familia, la comunidad y la astróloga del pueblo conspiran para que ocurra un acto como este. En nuestra cultura, ¿a quién se le ocurriría aconsejar a alguien que sacrifique a uno de sus hijos? Hay madres y padres que preferirían morir antes de hacer algo así, y mucho menos porque no pueden mantener a sus hijos. Lo que evidencia que los valores morales son relativos de una cultura a otra.

Otro caso interesante es el de los Aghori, una secta religiosa de la India, donde realizan un ritual de comer carne de cadáveres humanos. Las vasijas que utilizan, para comer o beber, son los cráneos de los muertos, y las cucharas también están hechas de huesos de difuntos. En religiones como el brahmanismo y el budismo, se entiende que el alma está atrapada en un ciclo de reencarnaciones en el cuerpo material y han elaborado múltiples rituales con la finalidad de liberar el alma. 

«El principio subyacente de su práctica es trascender las leyes de la pureza para alcanzar la iluminación espiritual y ser uno con Dios», explica James Mallinson. Por esa razón recurren a someter el cuerpo material para liberar el alma, que según su cosmovisión, es una entidad que busca conectarse con Brahman, la energía del universo. En el caso de los Aghoris, creen conseguirlo renunciando a todos los deseos carnales. El canibalismo, ritual, es el último paso en este proceso de renuncia, “…deben meterse al río, sacar un cadáver y comer un trozo de carne humana como forma de mostrarse a sí mismo, que han logrado el último paso en su crecimiento espiritual…” Pérez, J. (2019, Enero 15). “Así son los Aghoris, la secta caníbal india que no usa ropa, bebe en cráneos humanos y fuma marihuana”. BBC Mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias-46832984

En el artículo de BBC Mundo, Pérez (2019) describe las prácticas de los Aghoris, una secta en la India caracterizada por su enfoque extremo en alcanzar la iluminación espiritual. Según James Mallinson, citado en el artículo, estos practicantes buscan trascender las leyes de pureza para unirse con Dios. Los Aghoris creen que el alma está atrapada en el cuerpo material y, a través de sus prácticas, buscan liberarla. Una de sus prácticas más extremas incluye el canibalismo ritual, considerado como el último paso en su camino espiritual. Este acto simboliza la renuncia total a los deseos carnales y se realiza como un medio para demostrar su avance espiritual. 

Referencia:

Pérez, J. (2019, enero 15). Así son los Aghoris, la secta caníbal india que no usa ropa, bebe en cráneos humanos y fuma marihuana. BBC Mundo. Recuperado de https://www.bbc.com/mundo/noticias-46832984 

En sociedades musulmanas encontramos casos que desafían nuestra capacidad de comprensión. Entre muchos hombres afganos, de las elites militar y económica existe la costumbre de utilizar como esclavos sexuales a niños, a los que llaman “Bacha Bazi”, sin embargo, estos hombres no se visualizan a sí mismos como homosexuales, ya que tienen familias estructuradas con esposa e hijos.  

sebastjan, (7 abr 2018), Bacha Bazi, los niños danzantes de Afganistán. Pederastia, una lacra social. [mp4 URL.Bacha Bazi, los niños danzantes de Afganistán. Pederastia, una lacra social. “– «Se ha enamorado de mi, está claro se muere por mi, encantado de que seguirá contigo esta noche” 

–¿Cuántos   chicos has tenido?

–Yo he perdido la cuenta, alrededor  de tres mil.  Vienen y van, vienen y van.”

https://www.youtube.com/watch?v=DJHyMgWKxMA 

Observen ustedes cómo este hombre dice tranquilamente eso. Esta penosa situación ocurre en Afganistán. Hombres afganos muy poderosos, jefes militares, entre ellos, tienen la costumbre de esclavizar sexualmente a estos menores, para divertirse. 

Está situación está suficientemente documentada. Toman a estos niños a temprana edad y los enseñan a bailar,  los visten y lo pintan como hembras y naturalmente lo explotan sexualmente.

De acuerdo con su autopercepción, la mirada emic “estos hombres no se consideran homosexuales”. En cierto sentido, esta afirmación se alinea con algunas definiciones propuestas por numerosos psicólogos, que definen la homosexualidad no por el acto en sí de la interacción sexual entre individuos del mismo sexo, sino más bien en función de la presencia de un sentimiento romántico o enamoramiento hacia una persona del mismo sexo.

Aunque para muchos de nosotros resulta mas que evidente que el varón que se que se vincula sexualmente con otro varón es homosexual y que el hombre que somete a un niños a estos declorables actos, además de homosexual es un aberrado sexual. 

Otro caso que ocurre en la actualidad en muchos países musulmanes, son los casamientos de hombres adultos con niñas hasta menores de 12 años. La paradoja es que, en esos países, esas relaciones son legales, moralmente válidas y aceptadas por su religión. 

Para poder entender este comportamiento, debemos recordar lo que hemos expresado sobre cómo se forma la conciencia moral de los sujetos y saber, además, que Mahoma, la figura más importante de la tradición religiosa musulmana, se casó con Ahischa cuando ésta tenía siete años, aunque  se afirma que el profeta no consumó el matrimonio hasta que ella tenía nueve. Lo cual no representa ninguna diferencia. 

Lo interesante en estos casos, es que a estos hombres no les da vergüenza su comportamiento y que en sus sociedades nadie los percibe como aberrados sexuales, nadie los llama pedófilos. Mientras que en nuestra cultura el sujeto adulto masculino que confiesa estos gustos abiertamente sería encerrado con un claro diagnóstico de locura severa.

También, debemos decir, que en nuestra cultura, en el pasado reciente, las muchachas se casaban desde que tenían su primera menstruación, desde que se formaban como decían en mi campo.  Recordemos el relato de Gabriel García Márquez en “Cien años de soledad”, cuando Aureliano Buendía, el segundo hijo de José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán, se enamora de Remedios Moscote cuando ella tenía apenas 9 años.

Cuando Aureliano pidió la mano de Remedios, su padre, Don Apolinar Moscote, le dice que todavía es muy joven, que no se ha formado y que aún se orina en la cama. A pesar de esto, Aureliano y Remedios se casan más tarde cuando ella cumple 12 años.

El General Larguito, reconocido merenguero dominicano, en una de sus composiciones líricas, articula: «Como si tienen 16, a mí me gustan de 13 y eso no tiene que ver, que no que no». Este fragmento de merengue ilustra una perspectiva que, en su contexto histórico y cultural, era considerada normal dentro de la República Dominicana. Contrastando con las normativas y sensibilidades contemporáneas, expresiones de esta índole podrían acarrear consecuencias legales significativas en el presente. 

En relación con esto, cabe destacar un incidente reciente en un evento académico, donde el coro de la UASD interpretó un merengue cuya letra reza: «Muchacha de 15 años, búscate un marido, que viene el invierno ahora y te agarra el frío». He querido señalar este incidente para que reconozcamos que eso que hoy nos parece aberrante, no lo era para nuestros abuelos. 

Otro fenómeno para lo que las culturas tiene raceros distintos, es la homosexualidad, mientras que en muchos paises occidentales se permite el matrimonio entre personas del mismo sexo, en otros paises como,  Afganistán, Arabia Saudita, Irán, Mauritania, Nigeria (en algunos estados del norte), Pakistán, Qatar, Somalia (en algunas regiones), Sudán y Yemen se castiga con la pena de muerte, en occidente, parece existir una agenda para normalizar la practicas homosexuales, toda vez que observamos que casi todas las películas, dibujos animados y series de TV te presentan  parejas homosexuales, como si fuera la norma. 

Para concluir con este tema, veamos lo que dice el reconocido sociólogo frances Émile Durkheim: “Un crimen es un crimen porque lo condenamos… …Un acto ofende a la conciencia común no porque sea criminal, sino que es criminal porque ofende esa conciencia” (Durkheim, 1893). Esta idea sostiene que la moral y otros valores, como los religiosos, políticos y estéticos, así como las normas jurídicas, son construcciones sociales y que son las sociedades las que determinan lo que constituye un crimen y lo que no lo es, lo que es sagrado y lo que no lo es, lo que es políticamente correcto y lo que no lo es, lo que es bello y lo que no lo es, lo que es legal y lo que no lo es.

Friedrich Nietzsche, por su parte, afirma que no existen hechos morales como tales, sólo hechos a los que atribuimos valor moral. Esta idea se basa en su visión de que la moral es una construcción humana, no una verdad absoluta o universal. 

Los valores morales son el producto de las vivencias cotidianas del sujeto que va aprendiendo que tal cosa es mala porque es repudiada por su comunidad y que lo otro es bueno porque es celebrado por esta. 

Esto confirma que cada grupo tiene su propia cosmovisión. En este sentido, podemos concluir que no existen valores universales. Aunque algunas personas argumentan que hay valores compartidos por todas las sociedades, como la prohibición de matar o robar, pero la realidad es que estos valores varían entre culturas.

En cuanto a la moral, se podría afirmar que todo es relativo de una cultura a la otra. Este relativismo cultural y moral, convierte en error todo intento de establecer una sociedad multicultural. Una sociedad multicultural, donde todas las culturas puedan coexistir y sus prácticas sean respetadas, resulta absurda, porque esto implicaría que el Estado, que acepte todas las costumbres como buenas y válidas tendría que abolir muchas de sus leyes. Por ejemplo, debemos los dominicanos aceptar como bueno, que un hombre musulmana se mude al lado de mi casa y enamore a mi hija de diez años. 

¿Debo mantener los brazos cruzados, si al lado de mi casa se muda una familia que mutila los genitales de sus hijas?, ¿Podría el Estado dominicano aceptar estas prácticas, sin cambiar su propia esencia? 

¿Si un hombre poderoso de Afganistán se muda a la República Dominicana y quisiera tener un niño pequeño como Bacha Bazi para abusar sexualmente, como lo hace en su cultura, el Estado también tendría que permitirlo? 

Evidentemente, esto es absurdo. Un Estado-nación tiene un conjunto de reglas y leyes que deben aplicarse a todos sus ciudadanos y visitantes por igual.

En este contexto, surgen preguntas sobre si todo vale o si es posible establecer estándares universales. A pesar de las diferencias culturales, es importante reconocer que no todo es válido y que ciertos límites deben respetarse. Sin embargo, también es necesario ser conscientes de nuestras propias perspectivas culturales y evitar imponer nuestros valores morales sobre los demás, considerándolos inferiores.

Nosotros no nos consideramos jueces para juzgar las prácticas de otras culturas. Sin embargo, es importante hablar con claridad y distinguir entre lo que se conoce como normas blandas y normas duras.

Las normas blandas están relacionadas con los valores morales y las sanciones sociales, como el ostracismo o la exclusión de ciertos espacios. Estas sanciones no involucran penas punitivas, como la pérdida de libertad o de bienes.

Por otro lado, las normas duras se refieren a sistemas jurídicos y penales, donde la transgresión de las leyes del Estado conlleva castigos específicos.

Cada sociedad tiene sus propios valores morales, y estos se aprenden a lo largo de la vida. La base de los valores morales no se encuentra en la historia ni en la razón, sino en lo que cada pueblo aprende en la práctica que termina convirtiéndose en un hecho psicológico. Cambiar este aprendizaje lleva tiempo, ya que las personas están convencidas de que sus tradiciones y costumbres son correctas. Por esa razón los Estados utilizan las normas duras para castigar lo que sus instituciones consideran incorrecto.

Llegado a este punto, surge la pregunta de si ¿debemos permitir que cada cultura siga sus propias normas morales, incluso si incluyen prácticas como la mutilación genital en niñas o la violencia contra niños como el Bacha Bazi?

Los países pertenecientes a las Naciones Unidas han establecido sistemas de normas y postulados éticos, como los 30 artículos de la Declaración Universal de Derechos Humanos, para proteger la integridad y los derechos fundamentales de los individuos. Estas normas fueron acordadas por las Naciones Unidas, y en última instancia, buscan asegurar la protección de la integridad física de las personas en todo el mundo.

Entiendo que si un conjunto de naciones llegaron al consenso de los 30 artículos aprobados, podrían de la misma manera, ponerse de acuerdo para  prohibir prácticas consideradas dañinas a la integridad física de los individuos, sobre todo si son menores de edad o no están en condiciones de decidir libremente de manera informada. 

Por ejemplo, si un adulto quiere ser homosexual, está bien, pero no se puede involucrar a un niño o niña en esto. Si una mujer adulta decide mutilar sus genitales voluntariamente, está bien, pero no se puede permitir que se haga en niñas.

Los líderes y gobernantes, aquellos con poder e influencia, que han logrado organizarse en organismos como las Naciones Unidas y otros poderes alternativos, deben imponer en su área de influencia los valores acordados por el consenso del conjunto de naciones que conforman ese organismo. Estos valores deben considerarse buenos y aplicarse como tales. Es importante resaltar que en el consenso se encuentra más sabiduría que en la visión aislada de los hechos. 

En resumen, es crucial abordar estas cuestiones desde una perspectiva global y en conjunto, dejando de lado visiones aisladas. Con esto, concluimos nuestra discusión.

Don Luis:

—Por lo visto, profesor Novas, tal y como has planteado el asunto, los valores son una ficción como cualquier otra.

Prof. Novas:

—Exactamente, maestro, usted lo ha dicho. Los valores morales, así como cualquier otro valor, en el fondo funcionan por la fe que los grupos humanos depositan en ellos. Recuerdo el día que pasé por un dealer a ver un vehículo que me gustaba. Después de acordar el precio con el dueño, realicé una transferencia a la cuenta del dealer y él me entregó el vehículo. En el camino iba pensando: “Señores, ¿pero cómo es que ese hombre me entregó un objeto real como este por unos números que aparecieron en su cuenta, que luego él pasará al dueño del supermercado o a otro vendedor de vehículos y así sucesivamente?” Al final concluí que la ficción del dinero, del Estado, de la religión, de la naturaleza y de la felicidad están tan arraigados en nosotros que ya ni siquiera pensamos que son ficciones.   

Don Luis

—Para mayor claridad de los estudiantes sería pertinente que ampliara un poco más cómo es que los valores morales son un mito. 

Prof. Novas 

Me parece correcto maestro.

PREGUNTAS A RESPONDER 

  1. ¿Cuál es el principio fundamental del relativismo moral según el profesor Silverio?
  2. ¿Cómo utilizó Jenófanes la representación de los dioses para ilustrar las diferencias culturales en la percepción divina?
  3. Según Yuval Harari en «Homo Deus», ¿qué capacidad única tienen los seres humanos en relación con sus creencias y valores?
  4. ¿Qué famosa frase de Protágoras resume la visión del relativismo moral entre los sofistas?
  5. ¿Cómo defiende el texto a los sofistas ante las críticas que suelen enfrentar por su modo de vida y enseñanza?
  6. ¿Cuál fue la crítica de Amelia hacia la enseñanza de los sofistas y cómo respondió el Profesor Novas?
  7. Según el texto, ¿qué observación compartida tienen Darío, rey de Persia, Jenófanes y los sofistas sobre las culturas y sus valores?
  8. ¿Cómo ilustra James Rachels la diversidad de prácticas culturales y su impacto en la comprensión de los valores morales?
  9. ¿Cuál es la posición del texto respecto al relativismo cultural y moral, y cómo se relaciona con las costumbres de los esquimales descritas por Rachels?
  10. Basándose en las explicaciones del profesor Rachels, ¿cómo se aborda el concepto de relativismo moral y cultural en el texto y cuál es la implicación de asumir que existe un consenso universal sobre estos conceptos?
  11. ¿Cómo define el relativismo cultural la interpretación de las creencias, valores y prácticas de una sociedad?
  12. Según el relativismo moral, ¿qué determina si una acción es moralmente correcta o incorrecta?
  13. En el contexto del caso presentado de una madre en India que sacrifica a sus hijas, ¿cómo se relaciona este acto con el concepto de relativismo cultural?
  14. De acuerdo con el caso de los Aghoris y su práctica de canibalismo ritual, ¿cómo justifica esta secta sus acciones desde el punto de vista del relativismo cultural?
  15. ¿Cuál es la diferencia fundamental entre el relativismo cultural y el relativismo moral, basado en los ejemplos proporcionados en el texto?
  16. Explique cómo el canibalismo ritual practicado por los Aghoris, según Pérez (2019), simboliza su búsqueda de trascendencia y unión con Dios, reflejando su visión del alma y el cuerpo
  17. ¿Cómo se interrelacionan los conceptos de coerción social y responsabilidad moral individual en el caso de Emma, considerando el contexto cultural y las presiones ejercidas por su familia y los ancianos del pueblo?
  18. En el contexto del caso Emma, ¿qué papel juegan las creencias astrológicas en la conformación de las decisiones morales y éticas de los individuos, y cómo afecta esto la percepción general y la agencia de Emma y su culpabilidad?
  19. ¿Cómo afecta la práctica del «Bacha Bazi» en la construcción y percepción de la identidad de género y sexualidad entre los hombres involucrados en esta tradición, considerando la aparente contradicción entre sus actividades sexuales y su identidad heterosexual dentro del marco familiar y social?
  20. Dada la existencia de prácticas como el «Bacha Bazi» en algunas sociedades musulmanas, ¿cuáles son los retos y limitaciones que enfrentan los esfuerzos internacionales y locales para combatir la pederastia y proteger los derechos de los niños en contextos culturales donde estas prácticas están arraigadas históricamente?
  21. ¿Cómo se relaciona la distinción entre la conducta sexual y la identidad sexual, especialmente en el contexto de la práctica del «Bacha Bazi», con las perspectivas psicológicas contemporáneas que diferencian entre la actividad sexual y los sentimientos románticos en la definición de orientaciones sexuales?
  22. Según el profesor Silverio, el caso de la religión musulmana ayudaría a comprender que los casamientos entre hombres adultos con niñas sean legales, moralmente válidas y aceptados por su religión.
  23. ¿Cómo refleja la obra «Cien años de soledad» de Gabriel García Márquez las prácticas culturales históricas relacionadas con el matrimonio infantil y la percepción de la madurez en diferentes contextos culturales, particularmente en relación con el personaje de Remedios Moscote?
  24.  ¿Cómo reflejan las letras de merengue como las mencionadas los cambios en las normativas sociales y legales sobre la edad de consentimiento en la República Dominicana desde una perspectiva histórica hasta la actualidad?
  25. ¿Qué nos enseña la interpretación de canciones sobre relaciones con menores en eventos académicos sobre la necesidad de contextualizar culturalmente el arte en relación con las normas éticas actuales?
  26. ¿Cómo reflejan las diferencias en la aceptación y legalización de la homosexualidad entre distintos países y culturas los contrastes en valores sociales, políticos y religiosos
  27. Considerando el concepto de Durkheim de que las normas y valores son construcciones sociales, ¿cómo se pueden entender y gestionar los conflictos entre normativas culturales divergentes en un mundo globalizado, especialmente en temas como la ética, la religión, y la legalidad?
  28. ¿Hasta qué punto deben las normativas internacionales, como la Declaración Universal de Derechos Humanos, influir o modificar las prácticas culturales tradicionales que entran en conflicto con estos principios, especialmente en temas de derechos de los niños y prácticas de mutilación genital?
  29. Considerando la diversidad de normas morales entre culturas, ¿cómo pueden los Estados y organismos internacionales equilibrar el respeto por la autonomía cultural con la necesidad de proteger los derechos humanos fundamentales, particularmente en casos de prácticas perjudiciales como el Bacha Bazi y la mutilación genital femenina?
  30. ¿De qué manera pueden los consensos internacionales sobre derechos humanos adaptarse o reformularse para abordar eficazmente nuevas controversias éticas que surgen con el avance de las sociedades, sin imponer una homogeneización cultural que ignore la diversidad de valores morales?
  31.  ¿Qué mecanismos pueden implementarse para asegurar que las decisiones tomadas en foros internacionales, como las Naciones Unidas, reflejen una verdadera sabiduría colectiva y no solo los intereses de los países más influyentes, especialmente en la prohibición de prácticas consideradas dañinas para individuos vulnerables?