Un estado fallido es una nación que ha perdido la capacidad de gobernar de manera efectiva y proteger a sus ciudadanos.
Por los altos niveles de violencia social, crímenes, secuestros, pandillas e inseguridad ciudadana en que vive la sociedad haitiana desde hace bastante tiempo.
Por la pobreza extrema generalizada que afecta a su población producto del colapso de su economía, lo que obliga a sus nacionales a migrar hacia sociedades que presentan mayores niveles de estabilidad política y oportunidades económicas.
Por el desempleo generalizado y la falta de oportunidades económicas para que sus nacionales puedan desarrollar sus proyectos de vida en suelo patrio
Por la corrupción generalizada que afecta a esa sociedad, donde los líderes políticos y los funcionarios públicos, de manera criminal, se aprovechan de sus posiciones de poder para enriquecerse, empobreciendo hasta niveles extremos a su población.
Por la falta de servicios básicos y las grandes dificultades que tiene su población para conseguir: agua potable, electricidad, atención médica, vías de comunicación y transporte público.
Por la falta de educación de su población lo que limita las oportunidades de aprendizaje y desarrollo social, económico y cultural. La escasa escolarización que condena a esta sociedad al aislamiento definitivo con el tipo de sociedades que se están generando actualmente. Este alto nivel de entropía hace que sea imposible que Haití logre superar su situación anacrónica por sus propios medios
Por la falta de libertad de expresión y libertad de prensa en la que vive esta nación, donde a menudo las diferencias se resuelven por medio de la violencia armada.
Por la falta de estabilidad política que ha caracterizado a esta sociedad, desde su formación hasta los tiempos que corren, donde los cambios políticos son constantes, tanto en el liderazgo, como en las estructuras de gobierno.
Por la dependencia externa que padece esa sociedad desde tiempos inmemoriales, lo que la hace depender de la ayuda externa hasta para proporcionar algunos servicios básicos y sostener la precaria economía.
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Claramente han fallado los intentos, hasta ahora realizados, para lograr que la deplorable situación de Haití cambie para mejor.
Tengo la impresión, disculpen mi ignorancia, que no hay un verdadero interés de parte de quienes se suponen tiene la responsabilidad de mejorar el nivel de vida de esos ciudadanos del mundo.
Con relación a lo que usted plantea «…no hay un verdadero interés de parte de quienes se suponen tiene la responsabilidad de mejorar el nivel de vida de esos ciudadanos del mundo.»
Cada vez que leo o escucho esta expresión, me pregunto ¿a quienes se refieren? ¿Quienes son los responsables de resolver los problemas del pueblo haitiano? ¿No serán los propios haitianos?
Lamentablemente la historia humana no funciona como un cuento de hadas dónde al final, los buenos, los justos, los inocentes, los maltratados reciben justicia.
La solución a los problemas del pueblo haitiano deben construirla los propios haitianos.
Que dejen de buscar culpables, que comiencen a trabajar en la educación de su gente, que trabajen la unidad de su gente, que trabajen en la construcción de un proyecto de nación que incluya a todos los sectores.
No está en las manos de los propios haitianos resolver la miseria que por años le ha agobiado, son una nación de gente que le gusta trabajar y estudiar, solo que las circunstancias que le ha tocado, terminan siendo más fuerte que su necesidad.
Decía el filósofo español Ortega y Gasset que el hombre es él y sus circunstancias. El pueblo haitiano ha sido capaz de lograr grandes hazañas históricas, pero no han logrado construir una nación política fuerte y capaz de darle unidad y dirección a las múltiples naciones étnicas que conviven en su territorio. Por esa razón nunca en su historia han logrado construir instituciones que le den estabilidad y cuando han logrado la estabilidad ha sido mediante la dictadura más férreas.
Las causas originarias son las tareas ancestrales fijadas hasta en la médula por los franceses; el origen tribal que la han cuidado y mantenido como sangre de su sangre y cuerpo de su cuerpo; la ausencia de unidad lingüística y por tanto ausencia de unidad territorial; su condición imperialista hacia los dominicanos; su inveterada condición de lacayos de los imperialistas gringos canadiense y europeo..
La independencia de un país no se compra, solo Haití ha sido el único país en el mundo que compró a crédito su supuesta independencia.
Árbol que nace torcido jamás se endereza.
Si la República Dominicana coordina una solución para Haití en el marco del nuevo orden mundial, el inicio de una solución definitiva para los problemas de Haití pudieran estar más cerca de los que muchos pudieran pensar. La solución debe estar en su propio territorio.
Haití carece de un sistema para la documentación de su población.
Haití carece de un sistema para la documentación de su población.
Por eso, aunque no nos toque, no queramos y no debamos, tenemos que buscar una solución desde aquí junto con ellos, porque a los únicos que realmente les afecta es a nosotros.
Definitivamente usted tiene razón, aunque fueron otros que crearon el problema de Haití, aunque no tengamos ningún deber para con ellos, estamos obligados por la lógica de nuestra propia supervivencia, como nación y Estado soberano, a construir una solución para ellos, junto a ellos si es posible, que sea una solución definitiva para nosotros los dominicanos
Profesor, los haitianos, aunque reciban nuestra ayuda, no reconocen que si le ayudamos a ellos nos ayudamos nosotros. Y sobre todo, para ellos nosotros somos la causa de su desgracia.
La solución de Haití es una intervención, pero ahora no es antes, Haití ya no tiene recursos y las naciones poderosas con sus propios problemas buscan botines más lucrativos. No veo la luz al final del túnel para ese país por ahora.
Estamos de acuerdo con su comentario. El alto nivel de entropía que tiene la sociedad haitiana imposibilita que pueda lograr la estabilidad de sus «instituciones» por sus propios medios. El otro problema es el que usted plantea, ¿quién le podría poner el cascabel al gato?, si los países que tienen fuerza para hacerlo no tienen ningún interés de hacerlo porque Haití, en la actualidad, no tiene ningún recurso que sea deseados por ellos. Sería una acción sumamente costosa, arriesgada, de gran duración y sin garantía de éxito. Y lo peor de todo es que una acción de ese tipo tendría ser impuesta por la fuerza.
No veo razones para que algún país quiera meterse en ese lío de manera gratuita.
Eso quiere decir que el problema de Haití seguirá recayendo sobre la Republica Dominicana