ChatGPT y el mito de Thamus

Prof. Eulogio Silverio

ChatGPT de OpenAI y otras tecnologías disruptivas existentes en la actualidad, y una cantidad mayor que surgirán en los próximos días, meses y años, apenas están en su etapa inicial. Sobre su impacto en la forma en que enseñamos y aprendemos, solo podemos especular, por cuanto nadie tiene una comprensión plena de lo que nos espera. De lo que sí podemos estar seguros es de que estas tecnologías han llegado para quedarse y de que su avance no se detendrá por trabas institucionales y ridículos lamentos.

El uso de estas nuevas tecnologías constituye un hecho social y, frente a esta  realidad, lo más inteligente es incorporarlas de manera consciente y decidida al proceso de enseñanza y aprendizaje, y dejarnos de historias.

En cuanto a las legítimas preocupaciones y temores expresados por algunos intelectuales y funcionarios del sector educativo de que estas tecnologías sean utilizadas por los estudiantes para cometer fraudes y plagiar contenidos, entendemos que en esta ocasión sucederá lo mismo que en otros tiempos: aquellos que tienen el deseo y la voluntad de aprender las utilizarán para potenciar su aprendizaje, mientras que los que se creen más listos que los demás las utilizarán para cometer fraudes y tratar de burlar el sistema.

Este último grupo generará textos, responderá preguntas y entregará trabajos que nunca comprenderán e incluso podrían obtener sus títulos, pero todos sabemos que este modo de actuar es una de las formas más estúpidas de perder el tiempo.

Las instituciones educativas no pueden ponerse de espaldas a la realidad y pretender resolver el problema descalificando tecnologías tan potentes y disruptivas como el Chat GPT de OpenAI, con afirmaciones tremendistas como la del maestro Noam Chomsky: «Chat GPT es plagio de alta tecnología». Que de hecho no lo es, plagio es el uso fraudulento que alguien pudiera darle a los contenidos generados por esta tecnología. La misma IA explica que los contenidos aportados tienen como fuente los millones de libros y documentos generados  por la cultura humana a lo largo de su historia.

La actitud de Chomsky y otros grandes intelectuales frente a estas nuevas tecnologías nos recuerda la situación planteada por Platón en «El mito de Thamus en el Fedro», cuando el dios Theuth lleva la escritura a Thamus como un regalo para la humanidad que mejorará la memoria y la sabiduría, y este la rechaza argumentando que la escritura, en vez de contribuir a la sabiduría, la disminuiría, ya que los seres humanos confiarían demasiado en ella y no se preocuparían por aprender de memoria las cosas. ¿Acaso Thamus tenía razón? ¿La escritura perjudicó a la humanidad o amplió sus horizontes?

En ese mismo sentido, Darwin en ‘El origen de las especies’, plantea: ‘Las especies que no son capaces de adaptarse a los cambios que se producen en su medio desaparecen’. Como seres humanos que vivimos en una época histórica determinada, tenemos la necesidad de adaptarnos al medio, aprender de él y usar todos los recursos disponibles a favor de nuestro desarrollo para poder enfrentar los nuevos retos de manera eficiente y efectiva.

Aquellos pueblos, instituciones o individuos que no logren adaptarse por apatía, estulticia, romanticismo o porque, simplemente, no comprenden la nueva realidad que tienen frente a sus ojos, lamentablemente, se encontrarán en riesgo de desaparecer.